EN | ES
EN | ES

Leyendas de Santa Cruz: Calle Muerte

CallemuerteSusonaCalle Susona

Anteriormente en nuestro blog, os contamos una de las leyendas del Barrio de Santa Cruz, la leyenda de la Calle Vida. Y, cómo os prometimos, esta vez os traemos otra leyenda de este barrio emblemático de una de las ciudades con más encanto: Sevilla.

Calle de la Muerte o Calle Susona.

Primero os vamos a contar la parte de leyenda, y luego la parte de historia. Porque, como ya pudisteis apreciar en el post anterior, toda leyenda tiene su parte de verdad.

Pues bien, Susona era una chica judía muy hermosa, hija de Diego Ben Susón, señor adinerado. Ellos y su familia habitaban en el barrio judío en el S.XIV, época en la que aún no existía la Inquisición española, pero había mucho recelo hacia los judíos y musulmanes.
En esa época, si una joven judía quería subir de estatus social, debía encontrar un caballero cristiano que estuviera dispuesto a desposarla, después de haber convertido al cristianismo claro. Pues Susona había encontrado a su amado caballero, aquel que la desposaría y la haría alcanzar otro estatus social.

Una noche, cuando se estaba preparando para encontrarse con su amado, oyó como su padre y otros líderes de la comunidad judía confabulaban para deshacerse de las familias cristianas más poderosas, para iniciar así una rebelión contra el yugo que sufrían con los toques de queda y sus actividades económicas siendo siempre controladas.

Susona, completamente estupefacta, sale de la casa en secreto, en busca de su amado, para advertirle, ya que su familia era una de las que estaba en la lista.

El caballero cristiano, le dice a Susona que no hay nada de que preocuparse, que nada le va a suceder y que vuelve a casa sin temor.

Pero si que sucedió algo, antes de llegar a su casa, Susona observa desde una esquina de la calle, cómo los caballeros cristianos irrumpen en mitad de la noche en el barrio judío y se llevan a todos aquellos que estaban en la reunión con el padre de Susona. Antes del Alba, éstos serían ejecutados por traición.

Susona, asustada, decide huir del barrio judío antes de que la encuentren, ya que todos sospechan quién ha sido el delator. Huye a la catedral, dónde solicita ser convertida al cristianismo y marcha al encuentro con el amado.

Ella le reclama que, por favor, la tome come esposa, ya que no puede seguir permaneciendo en la comunidad judía. La respuesta de su amado, la entierra en vida:

“¿Yo? ¿¡Casarme contigo!? Tú, que has traicionado a tu familia, a tu comunidad… ¿Crees que puede confiar en ti? No, marchaos, no serás jamás mi esposa.”

Susona

Desolada, la única solución para una joven judío-conversa, es la de convertirse en monja, ya que ningún hombre querrá desposarla.

A partir de aquí, la leyenda tiene varias versiones: que estaba embarazada y se ocultó en su casa, que se convirtió a monja o, incluso, que se suicidó.

Pero todas acaban de la misma forma: Susona muere y deja atrás su testamento. En él, empresa sus deseos de que, una vez muera, su cabeza sea separada de su cuerpo y colocada en la fachada de su casa en el barrio judío como advertencia. Para que nadie, nunca más, cometiese el mismo error que ella, quién por amor, traicionó a su familia.

La existencia de esta bella muchacha no está probada, sin embargo, es bastante probable que Diego Ben Suson existiera realmente y fuera uno de muchos de aquellos que fueron asesinados en el barrio judío, actual Barrio de Santa Cruz, allá por 1391.

Aquella fue la masacre de la cual mencionamos ya en el post de la historia y leyenda de la Calle Vida.

Actualmente, si accedéis por el Callejón del agua por un precioso arco que lleva a una plaza con cadenas o si camináis desde Plaza de la Alianza hasta Plaza de Doña Elvira, justamente la paralela de la Calle Vida, encontraréis un acceso a la Calle de la Muerte. Al final de ésta, llegáis a la misma plaza con cadenas.

Ahí, en una de las casas. Veréis el azulejo con una calavera y el nombre de Susona escrito abajo. No hace mucho, existía un azulejo de mayor tamaño que explicada una versión de la historia de Susona, una algo diferente de la que os hemos contado hoy.

Como es una zona muy frecuentada por los grupos y sus guías, y cada uno de ellos da su toque especial a la historia, suponemos que decidieron quitarlo y darle más misterio para aquellos que pasaran por ahí y no supieran acerca de esta hermosa y triste leyenda.

Ya sabéis, cada jueves de la semana, Sevilla4Real os trae un nuevo post con nuevas historias y leyendas de esta ciudad de maravillas.

Calle Susona

Leyendas de Santa Cruz: Calle Muerte

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.