En Sevilla tenemos la suerte de tener algunos de los mercadillos más antiguos del mundo. Durante los fines de semana la ciudad se llena de vida y como suele hacer muy buen tiempo la oferta de mercadillos efímeros es variada. Aquí tenéis nuestro Top 5.

Mercadillo de Arte del Paseo de la O
Este mercadillo es variado, artistas y artesanos montan sus puestos y en ellos puedes encontrar bisutería y joyería, cuadros, cositas para niños hechas en madera, tela o fieltro…un poco de todo. Se celebra los sábados y domingos por la mañana.

Mercadillo de arte de la Plaza del Museo
Éste es el más «artístico» de todos los mercadillos que hay en la ciudad. Verdaderos pintores profesionales vienen los domingos por la mañana a vender su arte. Puedes encontrar pinturas al óleo, acrílicas, acuarelas y muchos formatos y tamaños diferentes. Mucha gente de la ciudad viene a comprar arte aquí y casi todos los domingos puedes encontrar pinturas muy interesantes. No es de los mercadillos más baratos pero sin duda merece la pena echar un vistazo y puedes comprar un bonito recuerdo.

Mercadillo del Jueves de la Calle Feria
El mercadillo más antiguo del mundo, aprobado por Fernando III cuando conquistó la ciudad allá por el siglo XIII. Desde entonces en esta calle se vende todo tipo de baratijas, antigüedades, libros, ropa, decoración… todo lo imaginable. Hay una zona regulada y otra un poco más espontánea con mantas en el suelo. Siempre hay mucha gente y sin duda es una experiencia pasear por esta calle tan auténtica de Sevilla. Se celebra todos los jueves por la mañana.

Plaza del Cabildo: filatelia y coleccionismo
Este es uno de nuestros favoritos. Está muy céntrico y el emplazamiento de la Plaza del Cabildo es precioso. Aunque es un mercadillo especializado en filatelia y numismática hay un poco de todo y puedes encontrar carteles publicitarios, de toros o primaveras antiguos, algunos enseres para decorar e incluso joyas clásicas. Bien merece una visita. Se celebra todos los domingos del año.

Mercadillo artesanal Bermejales
Uno de los últimos en aparecer. En este mercadillo de artesanos encontrarás mucha ropa hecha a mano, sobre todo para bebés e infantil, también ropa arreglada y sombreros, tocados, joyería muy cuca y algunos productos artesanales de decoración. Se celebra el primer domingo de cada mes en el barrio de Los Bermejales.

Mercado de fruta ecológica de la Alameda.
El primer sábado de cada mes por la mañana en la Alameda de Hércules podréis encontrar este mercadillo de fruta y verdura ecológica a buenos precios.

Duque
En la plaza del Duque de la Victoria hay un mercadillo permanente durante todo el año de jueves a domingo en el que encontrarás joyas, piercings, anillos, bolsos y ropa de estilo algo más hippie. Un clásico.

El mercadillo de dulces de las monjas
Éste se celebra en el puente de diciembre cada año en uno de los salones de los Reales Alcázares. Si estás en Sevilla en esa fecha tienes que visitarlo; las monjas de diferentes conventos vienen con sus dulces hechos a mano, hay muchísima variedad y no encontrarás unos dulces mejor preparados en Sevilla.

Mercadillo del Parque Alcosa
En la explanada junto al nuevo centro comercial de Avenida Emilio Lemos, allí donde acaba la ciudad y probablemente el mundo. Metemos este porque una de nuestras compañeras es de Sevilla Este y si no lo incluimos nos mata. Las demás, que somos de intramuros, no lo hemos pisado en nuestra vida, pero ella asegura que los domingos desde primera hora de la mañana el bullicio de gente paseando por los puestos es increíble. Los clásicos gritos de «se me van de las manos» son frecuentes y puedes encontrar de todo: ropa, menaje de hogar, muebles, telas… todo a un precio estupendo. Es el más grande de todos los mercadillos en extensión, por lo que si el agotamiento te puede, no te preocupes, también hay puestos de comida para recuperar energías.

Mercadillo (feria) del Belén
En la Avenida de la Constitución podemos encontrar la feria del belén más grande del mundo. A locales y visitantes les encanta pasarse para ver los diferentes tipos de belenes, grandes, pequeños, de pasta, de cerámica y hasta de Playmobil se pueden encontrar en esta feria.

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.