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Palos del Flamenco

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El Flamenco, nacido en el sur de España y sólo 100 % andaluz…

Esta expresión de arte ha pasado por muchos acontecimientos a lo largo de los años. El Flamenco comenzó a surgir en el siglo XV con los gitanos, y la edad de oro del flamenco (que duró sólo 50 años) fue entre 1860 y 1910, y todo gracias a Silverio Franconetti. Era el hijo de un italiano y una sevillana, que cantaba una jartá de bien, y que además fue pionero creando los Cafés Cantantes, donde finalmente se hizo del flamenco una profesión debido a la puesta en valor por Silverio. Después, ha habido muchos altibajos, y sólo desde 2010 es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El Flamenco tiene influencias diferentes, consiste en una mezcla de diferentes culturas y se origina desde las clases sociales más bajas y grupos minoritarios y perseguidos de la sociedad, y estos mismos van a ser sus primeros impulsores y forjadores. Era una manera espontánea de expresar los sentimientos de su vida cotidiana. Pero como la música, flamenco tiene también estilos diferentes, a estos estilos se les llama PALOS y hay más de cien palos diferentes. Cada palo se clasifica en un grupo específico dependiendo del ritmo, la letra, el significado y su origen.

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Echemos un vistazo rápido a los palos más importantes y populares en estos días…

  • TONÁ: es el estilo primitivo del flamenco, habla sobre el amor y los celos.
  • BULERÍA: es el estilo más popular en la actualidad, pese a que nació para acompañar al baile, es muy adaptativo, acompaña perfectamente a la fiesta, y desde la época de Camarón con Paco de Lucía, en que conquistó a las masas, no ha parado de evolucionar.
  • SOLEÁ: tiene el compás similar al de la bulería, pero el tempo es lento y pesado. Hay múltiples variantes de la soleá, porque es el cante más extendido, el epicentro del cante jondo. Las letras suelen ser de 3 versos octosílabos, y de tema muy variado. Compas de 12 tiempos.
  • SEGUIRIYA: es un cante trágico, el cante perfecto para expresar sentimientos de dolor y pesar, de desamor, muerte, injusticia… con letras muy breves y mucho quejío. Es uno de los cantes más antiguos y más difíciles de interpretar. Cuando se baila, es pausado y sin mucho adorno.
  • FANDANGOS: Son muy típicos de la zona de Huelva, a principios del siglo XX tan populares como ahora las bulerías, y presenta también incontables variaciones por localidades o intérpretes, así como temáticas, que pueden ser tanto serias como alegres e incluso de burla.
  • ALEGRÍAS: Es el prototipo de cante fiestero antes de que las bulerías ocuparan este lugar. La estructura es parecida a la de soleás y bulerías, pero el ritmo es más rápido, y con variada gama de estrofas… También es uno de los bailes más antiguos.
    IDA Y VUELTA: En el siglo XIX, flamenco obtuvo sus influencias de Centroamérica y Sudamérica durante el monopolio de “Indias”. Muchos andaluces y gitanos fueron a trabajar, ganaron dinero y trajeron nuevas influencias como TANGO, GUAJIRA, MILONGA, RUMBA COLOMBIANA,…

Y hay muchos más palos…

¿Quiere saber más sobre el flamenco? Venga a nuestro tour «Siente el Flamenco» donde daremos una vueltecita y tomaremos un vino antes del show, le explicaremos los orígenes del flamenco y todo lo que debes saber del mismo para luego acabar en uno de los mejores show de la ciudad, ¡una experiencia inolvidable!

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Palos del Flamenco

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.