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La Inquisición: El "Sambenito"

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El término sambenito es un apócope de Saco Bendito, una vestimenta de tela basta que usaban los penitentes en la edad media para los actos de penitencia pública (que luego derivará en las túnicas de los nazarenos de la Semana Santa). La Inquisición adopta esta vestimenta, el saco bendito, y lo utiliza para distinguir y señalar a los reos, y como condena en sí misma. Era una condena muy peculiar y prácticamente olvidada. Se podía condenar a alguien a Pena de Sambenito por unos meses, unos años o toda la vida, y mientras durase la condena tenía la obligación de llevarlo puesto siempre al salir de su casa. De esta manera se señalaba al reo y a toda su familia, con humillación perpetua y constante a la que había que añadir la imposibilidad de ejercer determinados oficios o de ir a las Indias.

Una vez cumplida la pena, el sambenito, con el nombre, apellido y la culpa, se colgaba en la parroquia del reo, o bien en la Catedral. Sabemos que la cantidad de sambenitos colgados llega a ser un problema de espacio en la Catedral, y que no pocas veces se reubican y se les va buscando espacio. Había un encargado de que estos sambenitos estuvieran en buen estado y legibles siempre, así, cuando se caían a pedazos hacían uno nuevo, para perpetua memoria y vergüenza de la persona que tuvo que llevarlo.

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Dependiendo del delito cometido, el sambenito, de fondo claro o amarillo, llevaría una gran cruz de san Andrés en color rojo, o bien llamas alusivas a la hoguera donde ardería la persona que lo llevaba, o bien demonios bailando entre las llamas, como anunciando que iba a arder en el infierno. El atuendo se completaba con una coroza que también recuerda a los capirotes de los nazarenos, decorados del mismo modo.

Las iglesias del Reino de España ofrecían un aspecto difícil de imaginar para nosotros, con todos esos sambenitos colgando. Y así estuvieron hasta el siglo XVIII en que el pensamiento ilustrado acabó con este vergonzoso anacronismo. De hecho quedan poquísimos sambenitos conservados porque la mayoría se quemaron tratando de borrar su rastro.

La Inquisición fue eliminada por el gobierno francés en el siglo XIX, pero al ganar la guerra de Independencia y expulsados los franceses se restauró el Santo Oficio, esta vez por un breve periodo de tiempo hasta su definitiva desaparición. Pero es curioso como desde tiempos medievales se usa la expresión “ponerle o colgarle a tal el sambenito” para aludir a una mala fama totalmente inmerecida.

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La Inquisición: El «Sambenito»

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.