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El Palacio de Al-Mutamid

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Seguramente, a aquellas personas que nos siguen, les sonará bastante el nombre de Al-Mutamid, el rey poeta. Si todavía con este nombre no os surgen las ideas, os recomendamos echar un vistazo a este post antiguo sobre la vida del rey que llegó a la cumbre en las letras andalusíes con su poesía, sólo tienes que pinchar en la imagen.

En este post vamos a hablar del reciente hallazgo que se ha confirmado definitivamente como el palacio original de Al-Mutamid, gracias a la prueba de Carbono 14. También conoceremos de su situación actual y futura respecto a los estudios arqueológicos.

El palacio está ubicado en la casa número 8 del Patio de Banderas, que sigue siendo propiedad del Patrimonio del Estado, aunque el Ayuntamiento de Sevilla ya tiene la propuesta aprobada para comprar esa casa (os comentamos más abajo…).

Casi intacto, ha estado mil años entre los muros de las que fueron casas para las nobles familias al servicio de la realeza y las casas de personajes importantes durante la historia de la ciudad. De hecho las dimensiones del yacimiento son mayores que las de la casa, y podría ser la primera edificación taifa. En 2014 ya se hablaba de este yacimiento, y después de 4 años y mucho trabajo de por medio, se confirmó el año pasado que son los frescos, arcos y columnas del siglo XI. Se ha reconstruido parte del palacio primitivo: techumbres originales, yeserías, el patio…

En sí mismo el yacimiento es una joya: según los estudios previstos anteriormente se sabe que pudo ser la zona del original alcázar mandado construir por Abderramán III en el siglo X. Pero además este alcázar se asentó sobre las bases de un edificio romano, solapado por un templo visigodo. Tres edificios de diferentes civilizaciones en un mismo “trozo” de tierra.

En el siglo X, Abderramán III ordena construir el «Dar al-Imara», también conocido como Palacio del Príncipe o del Gobernador, de planta cuadrangular. La actual muralla que rodea el patio de banderas fue la cerca de muralla de aquel periodo califal. En el siglo XI, durante el periodo de taifas, se construyó “Al Qasr Al Mubarak”, que se encuentra bajo el salón de embajadores, y también “Al-Qasr-al-Zahi”. Poco después de su construcción, durante el periodo Almohade, el palacio fue saqueado según los argumentos de historiadores, dando una razón al porqué no se han encontrado más ampliaciones. En el siglo XII, aún bajo la influencia Almohade, se construyó el Patio del Yeso, al lado del palacio que se ha descubierto recientemente.

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Actualmente el problema está entre las administraciones. La casa actual pertenecía a Hacienda, y tenía intención de vender todos los inmuebles del Patio de Banderas porque no resultaban rentables. El alcalde (Juan Espadas) solicitó paralizar el proceso porque desde hace tiempo había sospechas de lo que ya está confirmado, y el hallazgo ahora supone un cambio de titularidad el Patio de Banderas. Os explicamos:

En 1931 se regaló el Alcázar a la ciudad de Sevilla, pero la cesión sólo fue parcial, el ayuntamiento se quedaría con el palacio, que dudó en aceptar el regalo por la mala conservación y la poca importancia que se le daba a estas joyas, aún escondidas. Así que los palacios y castillos resultaban casi una ruina para las arcas, ya que tampoco había mucho turismo en la época y no se les ocurría cómo explotar un monumento así. La parte que no se cedió al ayuntamiento fue la de las 18 casas del Patio de Banderas, que en aquel entonces tenían arrendatarios que interesaban por ser personalidades de la ciudad. Con el paso del tiempo se ha dado una vuelta de tuerca, y ahora es el Alcázar el que obtiene la mayoría de beneficios, que no son pocos. Actualmente el hecho de que el palacio de Al-Mutamid haya permanecido ahí ha demostrado que es propiedad del Alcázar y además tiene un valor patrimonial que supera el inmobiliario.

Este pasado julio se ha aprobado una inversión de 2,5 millones para ampliar el recorrido del Alcázar, situando las consignas e incluso taquillas allí, y eliminar la cola.

No sabemos muy bien si esto podría mejorar o empeorar la situación del yacimiento, pero si sirve para conservarlo y poder redescubrir por fin el periodo islámico en Sevilla, esperamos deseosos de ver el resultado.

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El Palacio de Al-Mutamid

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.